por Francisco de los Santos
Tuvieron que pasar 13 años para que Madonna volviera a venir en gira a la Ciudad de México, la primera y la que era hasta entonces la última vez, ocurrió en 1993 con el Girlie Tour, en una época extraña para los espectáculos en nuestro país, los dos intérpretes más importantes del mundo se encontraron en la misma ciudad, Jackson y Ciccone llegaron al mismo tiempo a la capital cuando todavía era muy dificil traer espectáculos tan grandes al país.
¿Por qué reseñar a Madonna? Hace un par de años compré un libro de la revista SPIN, en el cual se trataba la relevancia de la música alternativa desde los ochenta hasta nuestros días, un capítulo completo fue dedicado a Madonna, al leerlo me di cuenta de su trascendencia y lo importante que ha sido para influenciar la música bailable contemporánea, su primer disco no fue el bombazo que todos podrían creer, al contrario de lo que se podría pensar fue un disco que recibió excelentes críticas pero su vida en escenario fue desarrollada en pequeños clubes, algunos subterraneos que veían en esa mezcla de sintetizadores una nueva forma de hacer música pop bailable. Hoy hay miles de ejemplos de eso y que de alguna o de otra forma nacieron a partir de éste ejemplo.
Sticky and sweet llega con la última producción de Madonna "Hard Candy" la cual fue llevada por los rumbos que dominan la música estadounidense Pharrell Williams, Timbaland, Justin Timberlake, Kanye West. Debo decir que el show se quedó muy por detrás que lo que se podría esperar, tuve la fortuna de ver la gira Confessions y fue superior, se reciclaron varios aspectos, pantallas que se fragmentan, un tubo en el escenario, Madonna tocando estáticamente la guitarra, en pocas palabras, pocas sorpresas.
Musicalmente se hicieron varios arreglos a las canciones para darles nuevos bríos, generalmente bien logrados.
El sonido fue impecable, un aplauso para el ingeniero.
La organización en el Foro Sol fue buena también, sin sobresaltos pero eso sí, con tumultos.
No fue el concierto del año como se podría pensar, fue una gran producción que la sobrealimentó la gran expectativa que se había generado en el país después de tanto tiempo de no ver a la que es tal vez la mujer más representativa en la música popular de la historia. Hoy en día hay actos mucho más relevantes que ver a Madonna en vivo, sin embargo no deja de ser una experiencia divertida y que como les dije anteriormente, entendiendo su relevancia le añade valor.
Ya para terminar, como les dije al principio, que en 1993 Madonna y Michael se juntaron en el mismo lugar físicamente, ahora lo hicieron musicalmente. Pharrell Williams produjo el álbum Justified de Justin Timberlake, el cual originalmente era una oda de Williams hacía Michael Jackson, Jackson no lo aceptó y todos sabemos en lo que derivó para Timberlake. Pharrell siempre ha dicho que su gran influencia ha sido Michael y ahora fue su turno para producir a Madonna en todo su jacksoniana gloria, quíen lo fuera a imaginar.