Después de un silencio de diez años Portishead regresa con su tercer disco, titulado con muy poca imaginación por cierto, y en donde los de Bristol se reinventan, dejan atrás el ya clásico trip-hop y buscan nuevas direcciones sonoras.
El disco rompe el silencio con un track titulado precisamente Silence, con un sample donde se escucha una voz hablar en portugués, Silence sería de esas canciones a medio camino entre lo que fue Portishead y lo que aspira ser ahora, un beat marca de la casa y la voz languida de Beth Gibbons todo sobre musica de tonos menores y azules.
La voz de Beth Gibbons sigue igual, un viento de tormenta invernal, frío que cala hasta los huesos y que despierta la melancolía en nuestros corazones.
En esta ocasión Geoff Barrow y Adrian Utley, los multi instrumentalistas responsables del sonido de Portishead dejan a un lado las orquestaciones como de cine negro y los arreglos inspirados en el jazz y buscan sonoridades nuevas, crean hermosas baladas a base de figuras sencillas de guitarra, programaciones, loops y teclados robóticos.
En donde antes había lagrimeo melodrámatico y sin embargo accesible, Portishead ahora aporta densidad, sonidos disonantes y ritmos machacones.
Third exige la atención del escucha, no estamos ante easy-listening.
Hay una busqueda por integrar sonidos más propios del industrial de los ochentas y el kraut rock de los setentas a la paleta de colores de Portishead y creanme que enriquece pero mucho el sonido de la banda. Machine Gun es sin duda uno de los mejores sencillos del año con un beat cuasi industrial, seco y sucio.
Hipnótico, oscuro y denso, Third es de lo mejor que ha hecho Portishead en su carrera.